No sé si cada verano es igual, pero este año, ya cuando habíamos decidido a dónde nos escaparíamos unos días con los niños, no sabéis la de gente que nos dijo que se iba de vacaciones a Asturias, incluidos varios amigos cercanos. Supongo que el COVID habrá influido, pero la verdad es que es una tierra que enamora y volveríamos con COVID o sin él.
Después de varios veranos sin mucho movimiento por el mundo (el año pasado el Coronavirus nos arrebató tres viajes), este año teníamos claro que queríamos ir a algún sitio, pero también que fuese fácil y, sobre todo, que fuera algo al menos llevadero para los peques (3 y 6 años). Pensamos que 5 noches no era ni mucho ni poco y, la verdad, acertamos bastante (yo igual habría alargado una noche más).
Muchas nos habéis estado preguntando a raíz de las stories de IG, así que os dejamos la ruta detallada por si aún estáis planeando escapada para este mes o para más adelante.
DÍA 1
Salida desde la Costa Brava a las 7h, llegada A Vitoria (paseíto y comida) a las 13h. Los niños durmieron 4 de las 6 horas que hicimos del tirón, así que la cosa empezó muy muy bien).
De camino al hotel en Cantabria (total 1h30), paramos a visitar Castro Urdiales.
DÍA 2
Mañana en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Fue muy buena idea empezar el viaje con un súper plan para los niños. El parque chulísimo, súper bien cuidado, entorno precioso y salvaje, animales que puedes ver de cerca haciendo el recorrido en coche o desde el teleférico. Súper recomendable. Precio 100€ toda la familia, mejor comprar la entrada con antelación.
Después de comer cruzamos a Asturias con paradita en Pechón. Teníamos el hotel cerca de Cangas de Onís (interior).
DÍA 3
Mañana en los Lagos de Covadonga. Precioso. Lo mejor para subir es coger un taxi (no se puede acceder en coche). Varias opciones de ruta a pie para ver los tres lagos, nosotros hicimos la más sencilla y, como teníamos mesa para comer (o cenar?) a las 16:30h, nos llevamos un poco de aperitivo para hacer picnic entre vacas.
Comida/merienda/cena en El Molín de Mingo. Solo diré que es un sitio con un encanto brutal, hay que ir sí o sí, a la hora que sea! (no hacen cenas). Estuvimos tan bien que alargamos hasta casi el anochecer (es decir hasta que nos echaron!).
DÍA 4
Playa de Gulpiyuri y paseo por los acantilados. Lo ideal es llegar hasta la playa de Güelga, pero nosotros nos quedamos a medio camino por miedo de que fuera demasiado para Bruna. Recomiendo ir pronto porque Gulpiyiri es mini, fuimos a las 10:30h y no había nadie, a la vuelta ya estaba a reventar!
Luego bañito en la playa Cuevas de Mar y comida en Gueyu Mar en Playa de Vega (cerca de Ribadesella). Restaurante pata negra (y precio acorde). Su especialidad es el rey, el mejor pescado que he probado en mucho tiempo! Los niños se comieron entre los dos el lenguado más grande que he visto nunca.
DÍA 5
Mañana en Ribadesella y la playa de Santa Marina. Paseo muy bonito con casas majestuosas, tipo glamour años 40. Muy cuidado.
Después hacia la playa de Torimbia. Dejas el coche en un mirador y tienes unos 10-15 minutos andando pero vale taaanto la pena. Playa paradisiaca, no dirías nunca que estás en el norte de España! Arena blanca, aguas turquesas y rodeado de verde!!
Comida en el chiringuito de la playa (solo reservan si vas a comer paella, si no hay que pedir turno). La paella no es nada del otro mundo pero queríamos asegurarnos el tiro, y el enclave lo vale.
Por la tarde dejamos Asturias para pasar la noche en Arnedillo (La Rioja). Escogimos la ubicación por la cercanía con la actividad del día siguiente.
DÍA 6
Mañana en Barranco Perdido en Enciso. Parque temático tipo jurásico en un entorno natural. Bien cuidado y con estricto protocolo COVID. Hay que reservar entrada, nos costó 40€, con entrada a piscina y circuito multiaventura (pasamos de la actividad de paleontología). Genial manera de culminar el viaje, los niños llevaban días esperándolo. Como siempre, llegamos cuando abrieron y pudimos disfrutar de la piscina prácticamente solos. Por protocolo COVID los toboganes no estaban operativos (era la ilusión de Nico pero le pareció todo tan chulo que salvamos el drama). Cuando se cansaron fuimos a hacer el circuito aventura (yo me quedé en la parte infantil con Bruna) y Xavi y Nico acabaron con una tirolina que poca broma lo alta que era! Comimos en el restaurante del parque porque si no los timings no nos cuadraban y oye, ni tan mal!
Por la tarde vuelta a Llafranc, que nos recibió con la resaca del tormentón.
Se nos quedó en el tintero…
· Visita a la Cueva del Soplao (además de una maravilla súper para los niños porque se accede en un trenecito la mar de mono). Después de un buen rato de curvas para llegar, nos dicen que no quedan entradas. Un chasco!! Reservad siempre!!
· Subida a Bulnes con el Funicular (no se puede acceder por carretera, es uno de los pueblos más remotos de España)). No nos cuadró en nuestro planning pero merece la pena. Ideal ir para ver el atardecer y atisbar el pico Naranjo de Bulnes, uno de los más conocidos de los Picos de Europa.
· Bajada del Sella en kayak (Bruna es demasiado pequeña).
· Curso de surf en la Playa de San Antolín.
En definitiva, el viaje ha sido un acierto en todos los sentidos. Hemos podido disfrutar de tiempo en familia, también con amigos, y de unos paisajes maravillosos.